jueves, 1 de octubre de 2009

Un día muy intenso.

Contaré aquí y ahora mi fantástico día, justo el primero de Octubre, para comenzar bien el mes.
Me levanto por la mañana creyendo que tengo media hora de sobra para llegar sin apuros a la facutald. Mec, error. Mi tripa en el último momento desea descomponerse y jugarme la primera mala pasada del día. Vale, lo aceptas, has perdido 10 minutos de tu maravilloso tiempo de sobra. Salgo sulfurada de casa, cargada con: una carpeta con todos los apuntes, la mochila; con el libro de la autoescuela, el tocho de iconografía, el MAC, los cables del cargador del Mac, una botella de agua, el estuche, el estuche de las gafas, el monedero grande, pañuelos, pastillas y compresas. Vale. Llego a la parada del bus y le rezo a todos los personajes que conozco para que tarde lo menos posible en llegar y me lleve a la renfe en menos de 5 minutos. Segunda putada de la mañana, el autobús tarda en llegar 15 largos minutos, con lo cual, el tiempo de sobra se ha perdido. Ahora, puedo llegar tarde. Aparece el bus y sólo tengo ganas de matar al autobusero. Subo a regañadientes, cargada hasta las orejas. Hace un calor de la ostia ahí dentro, pero no hay tiempo para quitarse ropa. Llego a la renfe y salgo como una bala del bus, paso corriendo el paso de cebra y subo a la estación. Tercera putada de la mañana, paso el bono por los torniquetes, dice que me meta el ticket dónde yo quiera, que en el torniquete no va a pasar ni de coña. Cambio de torniquete, y la respuesta es; que te den por culo Mylastfalliscat. Vuelvo a cambiar de torniquete, misma respuesta. Miro a la ventanilla dónde se cambian los bonos; una cola de más de diez personas. Desisto, no tengo más tiempo para gastar. Ya estoy llegando tarde. Son las 7.45 de la mañana y he quedado con mi novio a las 8.00 en Madrid. Teniendo en cuanta que tardo casi media hora en llegar dónde el esta... llego BIEN tarde. Vale. Pero aún sigo ahí, más cabreada que una mona, y con un ticket que no pasa por ningún sitio. Y por fin, uno de aquellos personajes a los que les recé, decide ayudarme. Los de seguridad me abren la puerta y con una frase que me cabrea más que me ayuda, me dicen: ¡Eh, chiqui, pasa por aquí! <¿Perdona, chiqui? ¿Tienes algún tipo de relación personal conmigo y no me he enterado?> Odio los apelativos "cariñosos" de gente que no te conoce de nada. Vale, paso por la puerta y CUARTA PUTADA de la mañana. Las escaleras mecánicas están rotas, (desde hace tres meses y ahí siguen, sin arreglar), bien, me dispongo a subir las escaleras, cuando veo que el tren se está marchando. Es inútil correr, porque ya no lo cojo ni de coña. Es decir, ahora llego incluso más tarde que antes, oh sí, que suerte tengo, joder. Resignada me siento en uno de esos bancos rojos de la estación y espero a que otro tren venga. Y bien, a los 5 minutos. Llego a mi parada de metro, y me bajo. Corro para coger el metro y subo más escaleras, esta vez, mecánicas. Cuando de nuevo voy a meter el ticket por los torniquetes, me dice que me jodan por decimoctava vez en la mañana. Sigo probando hasta que una mujercilla, me pasa un billete nuevo y entro. Pero, aún me quedan otros torniquetes que pasar en la planta superior. Llego a ellos, quinta putada de la mañana, veo que el metro acaba de llegar y mi ticket ¡qué no pasa! me empiezo a calentar y la ira me sale por las orejas. Busco a alguien que me abra la maldita puerta para coger el metro. No encuentro, el metro se va. Son más de las ocho de la mañana. Tengo clase a las 8.30 y aún no he cogido el metro. Vamos jodidas. Me abre uno de seguridad la puerta y cuando llego tengo que esperar 4 minutos al próximo metro. Me sulfuro, tengo ganas de pegar a alguien, pero me contengo y respiro... llega el metro y me subo. Hace un calor de mil demonios, pero sigo sin tiempo y sin espacio vital para quitarme prendas. El palestino comienza a asfixiarme. Llego a mi destino y encuentro a mi novio ahí, esperándome pacientemente. Son las 8.20 de la mañana. Tengo 10 minutos para llegar a la facultad y me queda un autobús que coger. Lo primero que le digo a mi novio nada más verle es: ESTOY HASTA LOS COJONES, YA ME HAN TOCADO LOS HUEVOS PARA TODA LA SANTA MAÑANA. ¡ARG! y cogemos el bus.
Conclusión, llego clavada a las 8.30 de la mañana a mi primera clase.

Pero... si pensábais que ahí acaba todo, no es así.
La primera hora de la mañana pasa con total tranquilidad, pero nos dicen que, la universidad no tiene ingresos del ministerio y que por tanto, las excursiones tenemos que pagarlas de nuestro bolsillo. Lo que es todo una fiesta, puesto que una de las excursiones posibles sería ir a Córdoba para estudiar el arte hispanomusulmán de dicho lugar. En fin. Una de las primeras desilusiones de la mañana, que no ya putada. Ahora más bien, vamos con las desilusiones.
La segunda hora pasa sin novedad alguna, puesto que el profesor no ha venido. Y en la tercera hora, mis ánimos comienzan a caldearse de nuevo. Para empezar, llego a la clase, con mi amiga y nos encontramos este panorama. Todo el mundo está sentado y no hay un puñetero asiento libre en la sala. Conclusión: nos tenemos que sentar en el suelo, en plan manifestación. Vale. Llega la profesora y se queda haciendo cruces, cosa normal. Finalmente, conseguimos que aparezcan unas sillas y dejamos de estar en el suelo como mendigos, sin pretender molestar a nadie. Todo parece que va bien, pero al final de la clase surge el tema del ministerio y de los ingresos. HÁ. Además, nos comenta que los estudiantes de licenciatura hemos perdido toda posibilidad de acceder a un doctorado. Es decir, que me he quedado sin poder hacer mi tesis doctoral en Italia, PERFECTO. Deseo cargarme a alguien de los que maneja el cotarro. La profesora nos dice que la única opción que nos han dejado es hacer un máster, que realmente, para lo único que nos sirve es para sacarnos el dinero y no llevarnos a ningún lado. Con lo cual, si mi futuro como historiadora del arte estaba jodido, después de los maravillosos chanchullos del puto Bolonia, estoy MUCHÍSIMO MEJOR, ¿Se nota la intensa ironía verdad?
Y para terminar, en mi última clase, me han informado de que probablemente tenga que hacer otra trabajo más de exposición oral en una clase de casi 50 personas. Es fantástico, fantástico, con lo que adoro yo ponerme delante de las personas a soltar el rollo... Dios, que día tan fantástico.

Lo único que espero es que no nos den las olimpiadas mañana, le pese a quién le pese.
Y... si habéis conseguido leeros todo esto, es que sois unos hachas y por lo menos, me habéis alegrado el día, sabiendo que hay gente que por lo menos, lee mis desventuras...

Mylastfalliscat.